Date un tiempo para relajarte física y mentalmente
Estamos tan ocupados hoy en día que no tenemos el tiempo suficiente para hacer todo lo que tenemos que hacer; por lo que mucha gente se queda trabajando o estudiando hasta el momento de irse a la cama. El problema es que el sueño no funciona mediante un botón de encendido/apagado, necesitamos de un tiempo para relajarnos, no solo física, sino también mentalmente. Lo ideal es tener una hora calma antes de ir a la cama, lo que permitirá a nuestro cerebro ir disminuyendo el flujo de pensamientos. En ese tiempo debes mantener las luces bajas y no mirar directamente a una pantalla; opta por meditar, leer un libro o hacer ejercicios de estiramiento.
No te preocupes en la cama
Si cuando llegamos a la cama estamos preocupándonos por un montón de cosas, enviamos a nuestro cuerpo la señal de que la cama es una zona de actividad. Deja la cama si tu mente está activa y no eres capaz de dormir: no esperes más de 20 minutos para hacer esto. En este momento, ve a otra habitación con luz tenue y haz algo tranquilo hasta que entre el sueño.
El simple hecho de salir de la cama puede ayudarte a disminuir los pensamientos acelerados, y no mirar el reloj continuamente también te ayudará.
Céntrate en imágenes mentales
Si tenemos una mente hiperactiva cuando nos metemos en la cama, es difícil concentrarse en otra cosa: cuando más intentamos no pensar, más pensamos. Por eso, una buena idea puede ser imaginarnos algo que lleve poco esfuerzo: desde contar ovejas, números, recorrer los estados de tu país mentalmente en el mapa. La repetición puede ayudarnos a dormir, aunque no lo creas.
Separa las preocupaciones productivas de las improductivas
La preocupación es una forma excelente de conseguir que determinadas tareas se desarrollen. Esta preocupación es productiva, y cuando nos sentimos ansiosos por algo solemos buscar la forma de resolverlo finalmente.
El problema surge cuando nos preocupamos por cosas sin sentido, que no se pueden resolver: acostarnos a pensar en todas las cosas malas del día no nos llevará a ningún lugar, solo al insomnio. Por esta razón, hacer listas de tareas a cumplir puede ser algo muy útil para alivianar este punto. Esa lista debemos hacerla poco antes de que empiece el período de calma, y no solo debemos poner las preocupaciones, sino también las posibles soluciones. Mantén el papel en la mesa de noche, y si tienes la mente hiperactiva, lee lo que has escrito para sentirte un poco más liviano.
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