• El asesino logró escapar a pesar del operativo por parte de la policía
• Campesino en un arrebato de dudas sobre la paternidad del bebé asesinó a su mujer
Imelda Camacho, Filomeno Mata, Ver.- Por celos y debido a la duda sobre la paternidad del bebé de su esposa, campesino mató a machetazos a su mujer, para luego darse a la fuga rápidamente a pesar del operativo implementado por las autoridades policiacas el responsable logró huir.
La finada respondía al nombre de Matilde Cruz Jiménez, de 28 años de edad y con domicilio en la calle 16 de Septiembre número 161 de la colonia Heliodoro Dávila del municipio de Filomeno Mata, su esposo, el asesino responde al nombre de Pedro Vázquez Juárez, de 40 años.
Los problemas iniciaron desde meses atrás cuando el temible sujeto se enteró de que su mujer estaba embarazada por séptima ocasión, y él dudaba que fuera suyo, porque durante la gestación del bebé, el herrero la obligaba a abortar, a lo que ella siempre se negó.
Desde que nació el niño, se recrudecieron los pleitos entre la pareja, al grado que ella varias veces resultó golpeada, tal como lo menciona el agricultor Miguel Cruz Francisco, padre de la occisa, quien refirió que el pasado lunes en la tarde la pareja discutió por varias horas, por lo que la señora Anita Jiménez Santiago madre del infortunada, le dijo que mejor se fuera a vivir con ellos, pues el herrero era capaz de matarla, pero ella se negó por completo, y así pasó su última noche en su vivienda.
Se presume que la mañana de ayer la pareja volvió a discutir por enésima ocasión, pero esta vez el campesino cejado por la furia y los celos tomó un machete y lo asestó en contra de la humanidad de la mujer, quien pereció de forma instantánea.
El primero en llegar fue don Miguel, quien se dio cuenta de que su hija ya no respiraba, por lo que rescató su nietecito bañado en sangre y por fortuna ileso. Luego dio parte a las autoridades municipales.
De los hechos tomó conocimiento la fiscalía especializada en delitos contra la Libertad, la Seguridad Sexual y la Familia, así como personal de Servicios Periciales, y hubo necesidad de prolongado diálogo con la familia de la muertita, pues no dejaban que se llevaran el cuerpo para practicar la necropsia de ley.
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